agosto 26, 2011

México querido. Cómo hemos llegado a tanta maldad?

Nuestro México es un país de 112 millones de habitantes, de casi 2 millones de kilómetros cuadrados, con 11 mil kilómetros de litorales por ambos lados, con una raza de bronce resultado de la mezcla de españoles e indígenas, en general, un país maravilloso, en una situación geográfica privilegiada, con un pueblo noble, solidario y trabajador, pero lamentablemente con un Gobierno corrupto y hasta creador y generador de la impunidad que se desde que tengo uso de razón se vive en nuestro país.

Tenemos la ventaja (económicamente hablando) de estar al sur de lo que era el país más rico del mundo, los Estados Unidos de América (USA), compartiendo una enorme frontera de 3,185 kilómetros de longitud, que va desde Tijuana, Baja California en el Océano Pacífico hasta Matamoros, Tamaulipas en el Golfo de México, pero también la desventaja de satisfacer una gran demanda de drogas de un pueblo americano (como se dicen ellos) que desde la segunda guerra mundial está acostumbrado a su consumo, lo que lo hace un gran negocio para muchos (mexicanos o no) a costa de lo que sea.

Desde el año 2006 en que llega a la Presidencia Felipe Calderón Hinojosa, se inicia una guerra frontal contra los cárteles de las drogas (o por lo menos contra algunos de los cárteles de las drogas), se desata la violencia y en casi 5 años de gobierno, hasta agosto de 2011, la cifra no oficial de muertos con violencia o relacionados con el crimen organizado es de 45,000 muertos. Si el Presidente Calderón lo ha hecho bien, o lo ha hecho mal, eso que lo decida cada quien, en lo personal, me parece que la cosa NO se ha hecho bien...

Lo que sucedió ayer en Monterrey, con el incendio del Casino Royale, es la suma de todos los males: un negocio que nunca debió permitirse, pues trabajaba al margen de la legalidad, una clara muestra de corrupción; maleantes que ante la negativa de los empresarios de dejarse extorsionar, cumplen sus promesas de quemar un lugar por no pagar semanalmente lo que piden, sin importar los civiles o víctimas que pueda haber, que además se mueven fuertemente armados por todo el país sin que nadie los detenga, sin que nadie sepa de donde vienen, ni a donde van, clara muestra de impunidad. Donde los gobiernos municipales, estatales y federales ante su tránsito no hacen el menor intento por identificarlos y detenerlos, y al final, las siempre lamentaciones de lo ocurrido de parte de nuestros políticos.

No pretendo hablar mal de mi país, pretendo reconocer lo que sucede en casa, que lo sepa el mundo entero, para desde realidades aplicar las medicinas "oncológicas" necesarias para despertar y salir de este cáncer social que nos agobia.

Juan Cruz, agradezco enormemente tus palabras, "Solidaridad con los mexicanos, sin duda, deben tener la seguridad nuestros amigos de que este drama cotidiano se vive en otros lugares como un drama propio, porque México es tierra nuestra, nuestra sangre y no solo nuestra lengua: México es lo mejor de nuestros sueños. La maldad absoluta quiere poner sombra (y humareda) sobre este país. En la lucha contra la maldad, la esperanza de un pueblo admirable y generoso."

http://blogs.elpais.com/juan_cruz/2011/08/la-maldad-absoluta.html

Reciban un fuerte abrazo desde mi México, lindo y querido.

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